Los frutos secos son una de las mejores fuentes de grasas benéficas como el Omega 3 y Omega 6, que nos ayudan a combatir las enfermedades cardiovasculares. La cantidad ideal de frutos secos que debemos consumir al día dependerá de nuestras necesidades calóricas, sin embargo, podemos establecer una media que va de 4 a 10 piezas diarias. La parte interesante que muchos desconocen, es que se recomienda colocar las semillas en agua antes de comerlas, pues esto hace que la semilla libere los nutrientes para que pueda germinar y la planta crezca. Son estos nutrientes que alberga la semilla en su interior, lo que a nosotros nos interesa comer. El proceso para poner las semillas en remojo es muy sencillo, simplemente debemos de tener algunas precauciones, como asegurarnos de que el agua esté muy limpia, mejor si es purificada.
Para activar las semillas, necesitamos una temperatura de entre 40 y 65 grados y si no a temperatura ambiente. Por último, es preciso que el pH del agua sea ligeramente ácido por lo que podemos añadir un poco de limón o de vinagre al agua, de este modo conseguiremos activar los nutrientes. Con respecto al tiempo que deben permanecer los frutos secos en remojo, lo ideal es hacer como con las legumbres y dejarlos toda la noche. Si no los consumimos el mismo día podemos conservarlos durante unos 3 días, pero en refrigeración para que no entre en proceso de descomposición.