La empresa japonesa Kowagarasetai, organizadora de shows de terror y que este verano cobró fama mundial gracias a su inusual manera de adaptarse a la pandemia, ofrece ahora un nuevo tipo de atracción: encierra a los clientes en ataúdes.
A pesar de que en estos tiempos de pandemia gritar en público puede amenazar con la propagación del virus. Por lo tanto, Iwana y su equipo decidieron que un ataúd sería una solución perfecta para garantizar la distancia de seguridad entre los participantes y los actores.
El espectáculo, durante el cual los espectadores se encuentran acostados en un cajón de dos metros con ventanas de plástico, comienza con una leyenda de fondo, tras la cual la habitación se llena de cadáveres, fantasmas y personajes que hacen todo lo posible para darle al cliente un buen susto.
La experiencia dura 15 minutos y está disponible por un precio relativamente bajo de 800 yenes (aproximadamente 7,6 dólares).
