Luego de que el 15 de abril una parte de la catedral de Notre Dame fuera devorada por el fuego, este aún se encuentra en riesgo.
¿La razón?
La ola de calor que vive Europa actualmente, de acuerdo con el gobierno francés.
Franck Riester, ministro de Turismo dijo que las altas temperaturas son un “riesgo persistente” de que el ícono francés se venga abajo tras el incendio, mismo que aún se desconoce su origen.
“A raíz de la ola de calor, se han vuelto a registrar recientemente piedras caídas de la bóveda. El ritmo de las obras iniciadas el 16 de abril se justifica únicamente por la urgencia vinculada al riesgo persistente de hundimiento”
Cabe recordar que Francia rompió su récord de temperatura más alta, al llegar a los 45 grados centígrados, motivo por el que se suspendieron actividades públicas y clases.
De acuerdo con el reporte, las labores se paralizaron el 25 de julio a fin de tomar medidas de seguridad sanitarias para los trabajadores y se plantea que este 19 de agosto se retomen otra vez.
¡Ya estaban advertidos!
Philippe Villeneuve, el arquitecto del templo, ya lo había advertido puesto que el calor extremo podría tirar la cúpula del templo dañada por el incendio.
Por ello, expresó su preocupación por el techo abovedado de la catedral, el cual puede colapsar en caso de que las temperaturas aceleren el proceso de secado del agua que inundó los muros de piedra de la catedral durante la extinción del fuego.
“Lo que temo es que las juntas o la mampostería, cuando se sequen, pierdan su cohesión y sus cualidades estructurales y que, de repente, la bóveda pueda caer”, admitió el arquitecto.