Después de Brasil, con 2 mil 447, nuestro país ocupa el segundo lugar del continente con el mayor número de museos, existen mil 789.
Los museos son lugares que acompañan a la civilización desde épocas remotas, guardan objetos que dan cuenta de la historia, costumbres, tradiciones, creencias y características de los pueblos o grupos a lo largo de los años. Son custodios de la evolución de la humanidad.
La Real Academia Española define la palabra museo como “lugar en que se conservan y exponen colecciones de objetos artísticos, científicos etc.” Y añade “institución sin fines de lucro, cuya finalidad consiste en la adquisición, conservación, estudio y exposición al público de objetos de interés cultural”.
En Europa las clases pudientes y las monarquías absolutas iniciaron la acumulación de objetos que se resguardaron como riquezas. Por lo que historiadores señalan que fue la iniciativa privada la promotora de este tipo de instituciones que después tomaron carácter social y cultural.
En 1683 se inauguró el Ashmolean Museum dependiente de la Universidad de Oxford en Inglaterra, ahí se mostraron al público los objetos que Elias Ashmolean logró recabar en vida.
Un factor que influyó en la vida de los museos en Europa fue la Revolución Francesa y la Ilustración, el Museo de Louvre (1793) sirvió de modelo en el continente al mostrar arte.
El patrimonio cultural reivindica el pasado común de los pueblos, valores y su identidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura establece que “el patrimonio cultural en su más amplio sentido es a la vez un producto y un proceso que se suministra a las sociedades, un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a generaciones futuras para su beneficio”.