Con el uso de internet los movimientos antivacunas consiguen llamar más la atención a pesar que desde el inicio de la historia de las inmunizaciones hay voces en contra.
Por cuestiones religiosas, políticas, filosóficas, sanitarias e ideológicas las consideran perjudiciales.
Los primeros grupos antivacunas surgieron a mediados del siglo XIX en Reino Unido, el gobierno obligo a la población a inmunizarse en contra de la viruela, acción que consideraron violatoria a su individualidad.
Los movimientos se propagaron por Europa hasta llegar a América.
Simpatizantes del movimiento antivacunas defienden estilos de vida, medicinas alternativas, dietas saludables y derecho a la libertad de elección.
La Organización Mundial de la Salud advirtió el peligro que representa rechazar la inmunización porque cada año fallecen 1.5 millones de niños por enfermedades que pueden prevenirse con vacunas disponibles.